El negocio de comprar inmuebles y reformarlos para venderlos posteriormente tiene tres pasos: compras, reformas y vendes por un precio superior al del valor de la vivienda y su reforma. Pero hay que tener en cuenta los gastos e impuestos derivados de la operación. En la práctica parece muy sencillo, sin embargo, para que sea rentable, debes conocer una serie de aspectos básicos. De lo contrario, lo que empezó siendo una idea brillante puede convertirse en una auténtica pesadilla.
Para invertir en la compra de una vivienda, debes disponer de unos ahorros previos que contemplen la compra de la casa y su reforma, así como todos los posibles gastos extra que pueden surgir. Si todo sale bien, se estima que se puede obtener hasta un 30% de rentabilidad con este tipo de operaciones.
Lo más importante a tener en cuenta antes de comenzar la operación es valorar el coste de la compra y la reforma y analizar las posibilidades que ofrece. Hay que estudiar con detalle los siguientes puntos:
- El estado de la propiedad. Cuanto peor sea su estado, mayor inversión habrá que destinar en la reforma. Para ello, lo ideal es visitar la casa con un arquitecto o reformista que sepa apreciar en qué estado real se encuentra.
- El precio de compra. Para que sea rentable comprar un piso y venderlo reformado, éste debe estar a un precio ajustado al mercado inmobiliario. Dando por hecho que las gangas no existen, o es muy difícil acceder a ellas, es trascendente no comprar en un precio caro o muy caro.
- Estimar el coste de la reforma. Debes prever la inversión para dejar el piso en buen estado, es decir, atractivo y vendible. Es importante detectar posibles averías en el sistema eléctrico o en la fontanería, vicios ocultos en estructura, humedades, etc.
- Analizar el mercado. Una operación de este tipo precisa de un estudio previo del mercado. Para ello, puedes dejarte aconsejar por agentes inmobiliarios de confianza, ya que sabrán cómo se comporta el mercado en esa zona y te ayudarán a encontrar un producto que encaje con tus aspiraciones.
- Zona geográfica. Gran parte del éxito de la operación recae en escoger una vivienda en una zona demandada. Áreas en auge, de alto atractivo turístico o con precios altos siempre son apuestas seguras para este negocio. Siempre se valora más que la vivienda esté bien comunicada y que el barrio sea atractivo.
- Mantenimiento y gastos. Durante el proceso de reforma, hay que tener en cuenta que la vivienda genera unos gastos. Se debe disponer del capital para hacerlos frente. Por ejemplo, la tasa de basuras, el IBI, las cuotas de la comunidad de vecinos, etc.